28 marzo 2014

Hombre-medusa.

Sin previo aviso. Levitando lo inevitable. Le roza tímidamente, sólo una vez. 
Al despertar exprime cuatro o cinco naranjas. Mira por la ventana, cruza las piernas, se recoge el pelo hacia un lado. Supone que Steep hills of vicodin tears ha estado sonando durante todo el encuentro. Se abrocha la sonrisa y mira la foto de aquel verano en el pueblo de Martín. Sospecha que va a ser una mañana larga y complicada, llena de porqués y de puertas que se cierran bruscamente. Martín ya no está, nadó hasta lo infinito, se fundió en coral. 
En mi vientre.

24 marzo 2014

Phono

-¡Larga vida al rey!.


Ojos como platos. Te has vestido de túnel para recorrer toda la ciudad y huir. Lo sabes, va a ser imposible que de lo erizada que está tu piel resulte algo bueno. Pero avanzas sin mirar atrás, de miedo te elevas, te sientes monstruo y capaz. Lo mascas todo y te lo tragas. Cuando llegaste parecías un mono al que vacilar, del que todos conocían las mentiras. Ni una sola verdad. Pero ya has compartido el tiempo suficiente para encontrarte, no les necesitas más. ¿Cuántos gritos ahogados y sangre derramada?.

-Llegas tarde amigo mío, hace meses que ya nadie te espera.




23 marzo 2014

Que jodidamente lúcida entras hoy por la ventana, baby...

Han despegado de la yema de tus dedos más de un par de aviones, el espacio perfecto, la muchedumbre con tobillos de acero. Que sí, que no abrir los ojos parecía imprudente, un nexo entre lo impasible y lo imposible. Lo has alcanzado y lo que escapó ahora es más prisionero que nunca de tu recuerdo, de las ganas de inundarse de tí a más no poder. Pero no. Eres lo más parecido a un suelo hidráulico recubierto de miedos, de acordes de Crawlin' King Snake. Tira de la hilacha mu-cha-cha.