22 marzo 2014

Cabalgando

Parecía de lo más absurdo conservar aquel viejo archivador. No le gustaba poner fechas a la memoria y le estremecía pensar que no siempre había estado allí. Las uñas largas y afiladas y una fina película de piel encarnada explicaban su historia. De pequeño creía que viviría como poco unos dosmilquinientos años, sus pies eran minúsculos en comparación a sus orejas. Hacía años que los pájaros azules no entraban por la ventana cuando abrió aquel sobre. 
Un suspiro dio comienzo a la cuenta atrás.

Suelo húmedo y cigarro, en granada, 2009. Archivo fotográfico propio.