14 mayo 2010

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"Tanto" adj. y pron., se construye cada vez más cualitativament y menos cuantitativamente. Hay tantos lugares, tantas miradas. Ese fruncir el ceño que cosquillea, esa rabia eléctrica que brota, el amar inquebrantable que flota sin necesidad de materialismos, esas caladas compartidas de aire fresco. Poder pisar el suelo sin que las nubes te abandonen. Ser consciente de los quienes, cuandos y dondes. Cada cicatriz en pretérito que se abre y se cierra te hace estar más viv@, ser más vida. Entender(-te,-se,-os) sería como intentar detener el agua que corre por un arroyo, por pequeño que este fuera, con las manos.


Mejor dejarla fluir.

11 mayo 2010

Si llueve, me mojo


Se envenenó sólo de pensarlo, y si no lo pensaba es como si se traicionase. Volvía la guerra fría del silencio. Intentando siempre hablar en quinta persona cuando las pestañas humedecidas le gritaban " ¡¿ A quién pretendes engañar ?!". Y decidió cambiar sus preguntas. Da tanto vértigo afirmar algo sin dejar espacio para la posibilidad de equivocarse, como cuando emergió aquel "ya no".

Leyendo hoy Las transformaciones silenciosas de Jullien François he vuelto a pensar en marcas de almohada en la cara, formas de ponerse los calcetines recién duchados, los paseos en bicicleta bajo tormentas barceloninas y la Guerra de los botones.


Y después de (re)ordenar toda esa explosión de senti-miento-s y pensamientos he untado dos tostadas de Nutella y he recordado que el deseo es la fuerza potencial en sí misma de la posibilidad.

Deseaba, deseo, desearé.

Lejos.

En silencio.

Imagen de www.plokta.com