21 octubre 2010

Cloruro de Sodio

Ayer soñó que volvía a ser la chica con las gotas de mar salada en la espalda. Lo recordaba justo ahora cuando escuchaba el Everything is new e intentaba decidir si le gustaba o le deprimía hasta la médula.

¿A quién pretendes engañar cuando piensas en no perder la compostura? (suena el teléfono)

Nunca dejó de ser la chica, sólo que a veces se mostraba como esa, esta o aquella, por si el arañazo se hacía más intenso que la caricia y necesitaba un paracaídas.

Sólo necesitaba - sin saberlo- algún capitán que gritara ¡Adelante!, para, entre tantas mareas y mareos, seguir remando lejos de esa orilla tan contaminada, con mayores sonrisas que las de antes, si cabe.


Y para sentirse más anónima al final de cada raya cambiar el "me" por el "se".

18 octubre 2010

Ha vuelto a pasar.
Esas veces en que te sientas delante de la pantalla blanca y parpadeante mientras va apareciendo el nudo en la garganta. Intentas transcribir algo que tienes dentro tuyo hace bastante en forma de piel y borgoletas, o simplemente el agobio que te produce una noche mal dormida...y no puedes. La fragilidad de esos pequeños gestos, esas ausencias, los arañazos que pretenden no ser pero están y parecen, la confusión de estar justo donde hace tanto querías estar pero no te lo acabas de creer, o si, o no, o quizá si.., el olor con manchas que nunca te atreverías a limpiar porque te dibujan el camino sin seises ni cuatros, estar flotando en medio de una habitación hermética llena de alfileres diminutos que apuntan hacia tu vientre sin dejar de dolerte las manos por volver a tenerlas abiertas. Con las uñas más rojas que nunca.


Gracias por estar pasando.