08 febrero 2011

El hegemónico nadie

Al final interceptó lo deseado.

Llevaba años encerrado en aquel viejo torreón a las afueras del pueblo. Olvidado. Su ímpetu crecía noche tras noche por encontrar la fórmula definitiva. No abandonaba. Cuadernos llenos de notas, garabatos y polvo se acumulaban por toda la habitación. No respetaba ningún tipo de métrica y engullía los márgenes, quizá ese fuera el único alimento desde hacía días. Sus pupilas orbitaban a esa única idea. El paladar, cada vez más agrietado había olvidado el viscoso juego que le ofrecía la saliva. Sólo tenía un horizonte sobre el cual trazar su mañana...sólo deseaba volver a sentir como el aire se convertía en fuego al respirar...sólo deseaba, y por fin lo había descubierto, volver a sentirse vivo...aunque para darse cuenta hubiese necesitado toda una vida.


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