12 abril 2010

CONTRA-CORRIENDO

Demasiado tiempo hace ya que las historias se derriten en su paladar, que se pierden sus alientos en ojos cavernosos, que se oscurece el pelo con incertidumbres. Manchas de tinta en toda su piel, geométricamente incoherentes, imperfectas. Casi se le han quemado las pestañas al intentar absorber toda la luz de esas frías tardes de enero. Se desnuda en cada equivocación y cada equivocación es un nuevo desnudo en su mar de flujos. Su vientre, el mejor lugar donde encontrarla. Los arañazos le susurran que se aleje de la orilla, que reme cada vez más deprisa. Presunta culpable de sus mareas. Sus uñas le recuerdan que la libertad subjetiva está llena de pequeñas alienaciones y por eso sólo quiere seguir creciendo hacia el centro de la tierra. Sus pies se marean cuando pisan tierra firme y solo quiere remar, prefiere vivir a la deriva que tener el mundo a sus pies, que esperar a que el mundo caiga sobre ella EN PEDAZOS.

Ilustración de El Hombre Invierno www.bagocapitan.blogspot.com

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