02 febrero 2010

Burn to Shine


Cada mañana se propone dejar de llorar a la sinrazón. Dejar correr en libertad el veneno fluyendo por su cuerpo, por sus venas, sus inspiraciones y espiraciones. (Des)atraparse aunque continúe viviendo colgada de esa tubería que sigue dejando humedades en las paredes. Descalza. Con las uñas en punta. Sin y con piel de gallina. Dentro o casi fuera, de forma rítmica. Jodidamente sonriente. Los cafés cada día más solitarios y con más sabor a realidad. Deja entrar en su mundo a los que se han dejado la máscara en casa. Siendo un escalofrío en el paladar de quien escucha con los ojos bien abiertos. Desvirgando el papel sin remordimientos por la falta de métrica. Ojalá nunca se borre lo que aún no ha escrito.

Fotografía, cigarrillo ahogado en calles granadinas.

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