11 julio 2017

Un poco de m a g e n t a , por favor.


Es frágil y a su vez astilloso el camino que recorrerá, pero nunca se suele acertar el instante o la manera o la causa.

Supone que aquel gesto equivocó la intención. Sin más dilación se propone postergar su placer al bienestar del otro.

Hacia las ocho, cuando comienza a caer la tarde, las puertas se abren y la percepción se afina. De dentro hacia afuera. Le cabalgan las posibilidades y el verde se vuelve más verde, más bello.
En soledad.

Le rechina el mañana pero logra, aunque solo sea por unos instantes,  capitanear el barco, cambiar el rumbo, dar rienda suelta al misterio.

Se suman sombras,  susurros,  pequeñas bestias a su camino. Les da cobijo, las observa, las aplaude.



Se suponía que las canciones de cuna no deberían de ser tristes, piensa una vez más.






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