21 febrero 2013

Humo y pincel

Nos despertamos enmedio de la oscuridad de nuestras respectivas prisiones. Sonriendo la pobreza de nuestras miradas, anhelando, almenos uno, el cálido eco. Han pasado los años, las huellas del camino compartido se han desdibujado y nuestra música se ha ido a otra parte. La plaza continua llena, viva. No sobró ni faltó nada. Aún me estremezco pensando que pude ser yo. La prisa, el miedo, lo afilado de aquel papel...El pájaro sigue aquí, a mi lado. Tú ya no. Son compañeros eternos la brisa y la prisa, el galope y la memoria. Lo sabes capitán. Pronto desaparecerán los dedos meñiques que le daban realidad a lo que fuimos, o debiéramos haber sido. Pájaros azules, siempre azules. ¿Se puede ahogar uno en la consciencia del otro o cojear eternamente? Tú lo hacías mejor que los lobos desde la tour Eiffel, en pasado, supongo.

Y mientras tanto, flotando, una pequeña botella llena de arena de ningunaotraparte te aguarda. 

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