05 octubre 2011

ayer

La fragilidad con la que mira su entorno le desgasta. aquel avión que vio tumbada al fresco nunca volvería a ser el mismo, ni a la misma hora, ni con los mismos pasajeros impacientes por llegar a un destino; perdiendo lo emocionante del trayecto. Ella, una vez más se preguntaba donde quería llegar. Recuerda el capítulo 7 de rayuela y anhela sentir su mirada cíclope delante del espejo. Se funden las ganas con la aspereza, y sólo puede encender un cigarrillo cuando ni siquiera le apetece fumar. Es como si no supiera estar quieta en ningún lugar y combatiera esa lección aún no aprendida manteniéndose aún más estática. No debería importarle esperar. Aquel vientre fue únicamente suyo. A menudo mete la mano por la rendija del buzón vecino y lo lee todo; otras se tumba a esperar un nuevo ocaso.

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