Luna de noche llena sin nubes. No es 27 pero es. Una plaza conocida y el perro sin hogar, asustado, ladra mi rabia. Yo no soy capaz de decir como quisiera lo que pienso. Se aleja cabizbajo. Es su último aliento, y las persianas bajándose vertiginosamente le dicen que ese, tampoco, es su lugar.
Se ha perdido otro ladrido en un mundo ciego y sordo, ciego y sordo, ciego y sordo, ciego y sordo...
Y yo, sentada, desesperando al chico de los cubos de barro.
Se ha perdido otro ladrido en un mundo ciego y sordo, ciego y sordo, ciego y sordo, ciego y sordo...
Y yo, sentada, desesperando al chico de los cubos de barro.
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