El cambio atrapa. Atrajo hasta su epicentro, lo arrasó todo y ya no había más metas en el horizonte que seguir mudando la piel, con ambas sonrisas.
El arañazo hiere, de nuevo. Corroe la esencia, esta vez desprovista de escudos y muros. Entorpece la mente y espesa la sangre, el sentir con claridad.
El equilibrio. Perdón, quiso decir:" ¿El equilibrio?". Está nublado. No vuela. Las uñas siguen creciendo enrojecidas, pero no han aprendido a hablar. Rascan todo aquello que ,una vez más ,se queda colgado de una espalda cada vez más llena, más vulnerable.
El arañazo hiere, de nuevo. Corroe la esencia, esta vez desprovista de escudos y muros. Entorpece la mente y espesa la sangre, el sentir con claridad.
El equilibrio. Perdón, quiso decir:" ¿El equilibrio?". Está nublado. No vuela. Las uñas siguen creciendo enrojecidas, pero no han aprendido a hablar. Rascan todo aquello que ,una vez más ,se queda colgado de una espalda cada vez más llena, más vulnerable.
El hipo persistente ahora ya es epiléptico, inesperado, tartamiedoso.
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La realidad a veces es tan cruda que solo queda el deseo, la imaginación.
ResponderEliminarEncontrar el equilibrio entre ambas sería lo suyo.
Animo!
ya te he escrito pero la realidad es la que es... hay momentos en que no se puede luchar ni hacer nada para cambiarla momentos que parecen conjelados, moementos que parecen inmoviles y muertos, pero que aunque no te des cuenta avanzas hacia otro lugar, las pausas te hacen fuerte y te reafiman en lo mas hondo de tu realidad (por lo menos a mi me pasa, ahora no puedo mover ficha pero el inmovilismo me hace fuerte y me reafimra en lo que siento y lo que quiero y me prepara para algo mejor del fututo)
ResponderEliminarya lo comentaremos!
sí, tienes razón. El stand-by no es malo, igual que no lo es el conflicto. Pero cuando te encuentras entre dos peldaños, a cual más inestable, el tiempo se detiene y te punza más que te enseña.
ResponderEliminarGracias por tus comentarios!! :)